top of page

 

     En volá se me va a caer el carnet a la chucha, pero ¿se acuerdan de Don Gato? Él siempre le daba propinas en monedas a la gente, pero tenía un hilito amarrado a ellas, así que después de entregarlas, tiraba del hilito y la moneda volvía a su mano. Bueno, esa misma hueá voy a hacer con mi celular. Hoy en el #JuevesOdiar:

 

Celular a la deriva

 

     Te curaste. El teléfono estaba sobre la mesita de centro del living y calculando que la barrita de vómito estaba llegando a su límite, te levantaste al baño a invocar a Guajardo. Después, todo daba lo mismo, de hecho, ni te acordai. A la mañana siguiente tenís cincuenta notificaciones y 100 laics en la publicación “Desde este momento, admito que me gusta el pico” o “Por fa que alguien me traiga ropa, que me hice caquita”. Miras a los encañados dormitantes en el living aún buscando sospechosos: ¿Habrá sido la mina a la que te joteaste toda la noche pero que no te dio bola? ¿Tu ex despechada pero con nuevo pololo al que ni durmiendo le suelta la mano pa que todos se convenzan de lo feliz que es? ¿habrá sido tu mejor amigo, ese que a veces se comporta como tu mejor enemigo? Todas las opciones son válidas. Dejando un poco de lado la gravedad de la violencia oculta detrás de este tipo de jueguitos de los que la gente no se aburre (qué tanto si me gusta el pico, a ver?), me perturba profundamente que haya quienes les importe un pito la intimidad ajena y se atrevan a tomar tu celular para, al menos, desbloquearlo.

 

    Ya es realidad conocida y manoseada como moneda de gamba que usamos los celulares para muchas cosas más que para hablar y enviar mensajes de texto. HACE RATO que encontramos sórdidas formas de darle uso a la tecnología, usted debe saber de qué estoy hablando… (For dummies: fotos cochinas por wasap, porno, conversaciones privadas y un largo etcétera) así que creo que lo mínimo que deberíamos hacer es tener un poquito de respeto por la intimidad ajena cuando de celulares se trata (no es que sea mi caso, tengo un Nokia pantalla verde; a un amigo le ha pasado… al amigo de un amigo… que murió). En fin, no hay hueá más despreciable que la gente que espera a que te descuides un segundo para aprovecharse de la oportunidad y hacerte la cochiná. A mi criterio, hay varios niveles de gravedad y castigos posibles para este tipo de acciones:

 

Grado 1. Posteo de cariño y amplificación del ego del falso emisor. Por ejemplo: Hermano se mete en cuenta de hermana y escribe “Mi hermano es el más bacán del mundo y me arrodillo ante su grandeza”. Sanción: ninguna, agradezca que es una buena persona.

 

Grado 2. Posteo de realidad paralela o secreto íntimo no demasiado creíble en redes sociales, usualmente en Facebook. Por ejemplo: “Soy gay”, “Me caso esta semana”, “estoy embarazada”, “Soy una máquina sexual 1313”. Sanción: Un garabateo simple.

 

Grado 3. Uso fraudulento de Whatsapp con fines recreativos. Por ejemplo: Mandar porno a grupos de wasap de amigos desde el teléfono de un amigo. Sanción: Dependiendo del grupo de whatsapp (el de los apoderados del colegio o de tus compañeros de pichanga), un garabateo simple o complejo, según corresponda.

 

Grado 4. Uso fraudulento de Whatsapp/Facebook con fines cizañeros, traición o ahueonamiento absoluto con texto. Por ejemplo: Amigo toma tu celular y envía mensaje a tu ex para decirle que aún le amas y quieres volver. Sanción: Combo en la nariz o uppercut en el mentón con pateadura de guata en el suelo.

 

Grado 5. Uso fraudulento de Whatsapp/Facebook con fines cizañeros, traición o ahueonamiento absoluto con imágenes. Por ejemplo: Envío de fotos explícitas a tu ex, a tu mamá o tu abuelita. Sanción: Pena capital.

 

La próxima vez que estés en un carrete, ya sabes, no dejes tu celular a la deriva; está lleno de giles ociosos dispuestos a destruir tu dignidad con tal de hacerse los chistositos por unos minutos.  

 

¿Se la han hecho alguna vez? ¿Cobró la respectiva venganza? ¡Suéltela!

bottom of page