Tenís que ir: "Como Ovejas y Lobos"

Pezcado Frito y Poroto Negro se aburrieron de los cuentos de hadas, de las princesas y princesos y de los hermanos Grimm. Cacharon que existía “Como Ovejas y Lobos” una obra supercachilupi en Estación Mapocho y se pegaron el pique. He aquí con lo que se encontraron.

Les contamos que la puesta en escena es otra weá. Lo oscuro y la contraposición de fuerzas entre lo claro de las ovejas y lo oscuro del lobo y su secuaz hacen que usté se vea metido en un cuento que nos presenta una atmósfera nada tiene que ver con ese que escuchaba antes de dormir, pero que es lejos más interesante.

No sea wea, no se pierda “Como Ovejas y Lobos”.

Como quedamos marcando ocupado con el ovejismo, las máscaras, las luces y el lobo (Pedrito dijo que no venía), nos colamos tras bastidores y entrevistamos a la diseñadora teatral de la compañía, Daniela Portillo. Esto fue lo que nos contó de la propuesta de Mario, Luiggi y sus Fantasmas.

¿Cómo nace este proyecto?

D: El eje de investigación de esta compañía está ligado a la tradición oral: el mito, la leyenda y la fábula. Ésta fue una obsesión del director (Ariel Hermosilla) en la que entramos todos como colegas a jugar. ¿Cómo sería contar el horror escondido detrás de los cuentos infantiles? Es a partir de este interés que surge la necesidad de representar con escénica y visualmente dichos relatos arcaicos. De este modo, “Como Ovejas y Lobos” fue un proyecto que comenzó hace ya tres años, experimentando en un lenguaje teatral que prescinde de la palabra y dramatiza a partir de la expresión corporal, de la mano con el Diseño Escénico de la puesta en escena, que dialoga por medio de la música, iluminación, el tratamiento de los vestuarios o la escenografía, con estos seres mitad animal, mitad humano.

Por pura suerte (cuevazo o porque Alá estaba mediante) llegamos derechito a Estación Mapocho y nos encontramos con la puesta en escena de la obra “Como Ovejas y Lobos” de la compañía Mario, Luiggi y sus Fantasmas. Compramos nuestras entradas (barateli, unas $4.000 lucrecias por cabeza, dos por cada bub, dos por cada bol) y nos sentamos a mirar mientras la cosa se calentaba para el arranque.

¿Con qué nos encontramos? La cosa va más o menos así:

¿Ustedes cachan a los hermanos Grimm? Si la respuesta es “obvio que no”, mejor búsquelos en Google (no sea larry, si no está ahí no más pa buscar porno).

Tres lindas ovejas viven apaciblemente en su dulce hogar con el cazador. Este macho recio las cuida del mundo mientras ellas viven tranquilas en su apacible hogar, haciendo el aseo y siendo ovejas. Beeee. Todo va de pelos hasta que al cazador se le ocurre que tiene que atrapar al lobo malo y darle un final infame, así es que abandona a las ovejas para cumplir su fin último: pelea de gallos hasta la muerte.

En el camino se encuentra con que el épico protagonista del cuento que une al cazador y al lobo no tiene las intenciones que nos ha mostrado la literatura a través de los años. Ahí es donde el espectador tiene que pegarse la cachá y hacer un análisis pulentoso de la obra para saber las intenciones de este ser de capa roja y canastito de frutas.