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Escupir al cielo

 

     Si escupir al cielo fuera deporte olímpico, sacaría el oro y rompería todos los récords. Ganaría todas las antorchas, todas las gaviotas, los Óscares y los Juanes. TODO. Porque el Destino/Tatita Dios culiao parece que me tiene micrófonos en todos lados y sabe cuando digo que no voy a hacer alguna hueá; entonces, mueve los deditos y hace todos los pases mágicos para conseguir doblegar mis convicciones, mis normas y entonces el pollo me cae en pleno rostro. Siempre atento al "Oaaayyy nooo si yo nunca haría tal o cual, jamás blabla". Lo cierto es que uno no deja de sorprenderse por cómo la voluntad se quiebra o es re papa caer en hueás que de lejos no parecían tan posibles.

 

     

 

 

   

    No sé, tendré un trastorno de la personalidad, seremos dos Tita's o quizás tres o cuatro, no sé. La cosa es que siempre termino llevándome la contra sola y peleando conmigo misma. "¿Qué pasó? Si habíamos dicho que no, que no había mano y ahora mírate hueón: caíste como las pelotudas". ¿Habrá sensación más de mierda que sentirse de voluntad fofa y debilucha? Todo es culpa de ser Géminis, dice el Tío Pedrito Engel (<3 infinito)

 

     No es solo la contradicción la que me molesta, sino también esa voz amiga que se acopla a tus palmazos en la frente y suelta el clásico "te lo dije". Es charcha porque sabís que tiene razón, te lo dijo cientos de veces y voh dale con que no, que no y que nunca. Y ahí estai después, confesándote con la íntima y comiéndote calladita el bullying que harto bien te ganaste. Varias veces he evaluado seriamente ir al psiquiatra -o al oftalmólogo- porque a veces los demás ven venir hueás de forma obvia y yo, de ingenuamente, distraída o simplemente tarada, me estrello contra ellas sin preverlas.

 

    Hasta el momento todo lo he planteado como bien desde lo darks y desde la depresaund pero no todo es tan malo. Hay que aceptar que gran parte de las veces, escupir al cielo y que te caiga en la cara proviene nada más ni nada menos de los miedos personales, de la imposición de autolimitaciones terrible ahueonás "Oaaay, nunca voy a hacer esto", "Jamás estaría con esta persona", "Nunca rompería las normas", Bleh, puras hueás. Hay que cagarla, hay que meter las patas, jugársela, arriesgarse sin imponerse límites previos, sino, cómo saber pa dónde va la micro. 

 

 

     La única moraleja al final -y la escribo aquí, esperando que no se me olvide pa' la otra en que me encuentre en situaciones similares- es que uno siempre se va a equivocar, siempre voy a tener peleas conmigo misma y nunca voy a tener la razón, pero no siempre salen puras cosas malas de esas sorpresitas que te da el tiempo: a veces, cuando hacís las cosas bien, eso que dijiste que nunca ibas a hacer puede llegarte de vuelta con gratas retribuciones o al menos, arreglarte el final del día <3

 

¿Son de escupir al cielito? ¿Cuál ha sido el peor gargajo (perdón, hasta la palabra suena asquerosa) que han recibido en el rostro? Cuántenme aquí abajito, en los comentarios <3

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