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Maldito espotifai

 

   Este #JuevesOdiar es de amor-odio, es un Jueves de sentimientos encontrados.

 

   Estaba ordenando unas cosas y me encontré con un porta cedés del año de la pera. Con nostalgia lo abrí y caché que claramente llevaba rebotando por los rincones de la casa unos diez años más o menos, porque los nombres grupos que estaban escritos con letra adornada en cada disco eran terrible emo-adolescente-espiniliento.

 

   Mientras escuchaba My Chemical Romance desde uno de los cds encontrados, recordé que cuando tenía como 10 o 12 años, mi posesión más preciada en el mundo mundial era una radio tipo huevito, la que era completamente bacán porque te permitía grabar canciones de la radio a un cassette. Si te gustaba una canción, pasabai todo el día esperando a que la tocaran –erai demasiado pollo pa simplemente llamar a la radio y pedirla- y cuando finalmente salía, rogabai a Satán (Jebús, Yisus o Diaulo o Demoño, cual sea su preferencia) que el locutor culiao no se le ocurriera hablar o poner el slogan de la radio sobre la canción. Después llegó la modernidads pero no para mí, sino que mis amigos que eran un poco más pudientes que yo y así ellos se transformaron en mis deales oficiales de música con sus grabadores de CD. Caso parecido era el de las películas o las series de monitos. Si queríai tener una copia en las épocas del VHS (los cabros shigos que no sepan lo que es el VHS, es una especie de cassette en el que se reproducían videos) teníai que hacer el manso hueveo de juntar dos reproductores de VHS pa reproducir en uno y grabar en el otro o tener un aparato especial, lo cual era, por supuesto, equivalente a plata que no tenía y hueveo que no estaba dispuesta a hacer. Y yo creo que nadie, por eso era que existía en esos tiempos una especie de cultura del préstamo que hoy se ha perdido por culpa de Yutú y Mega. Antes uno se esforzaba caleta por conseguirse tal video de equis banda y cuando alguien se paleteaba y te lo copiaba, lo guardabai como reliquia de santo.  En esos tiempos era terrible bacán conocer personas que fueran de tu “estilo”, o sea que escuchaban/veían las mismas hueás que tú, porque eso te abría las puertas a sus reservorios de discos y películas (y juegos, desde el Nintendo en adelante), entablando una maravillosa amistad a partir de las recomendaciones mutuas y el préstamo <3

 

   Con Youtube, Spotify, Deezer, Vimeo, Mega, Torrent y cuánta cosa existe para compartir y descargar material; la cultura del préstamo se fue a la chucha. De haber sabido antes que todas estas cosas existirían, quizás no me habría esforzado tanto en recopilar material que con el tiempo perecería como los VHS.  Ahora si alguien pide algo: un cómic, un disco, cualquier cosa; la respuesta parece obvia y antipática: “Goglealo poh”. Y si poh, está todo en Google, ya no hay emoción de descubrir y tener en tus manos lo último de tu banda favorita o una serie que en Chile no se transmite, una película underground o la última chupá del mate de la música en Inglaterra que mandó por encomienda el primo de tu amigo. Esas pequeñas emociones ya no existen y encontrarte con alguien que tiene los mismos gustos musicales ya no te despierta la misma emoción de antes, porque como que ahora todos conocen de todo y nadie es demasiado fan de nada.

 

¿Tuvieron grabador de VHS o eran de los amigos pobres también?  ¿Existe aún la cultura del intercambio, con qué cosas? Yo la echo de menos, pero tengo que admitir que me he llevado también sus buenas sorpresas con las recomendaciones de Spotify y Netflix ¿Es igual, mejor, peor? Comente acá abajito, en la cajita de comentarios :)

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