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Tenís que ir: Clases de Pole Dance

Pezcado Frito y Poroto Negro querían ser Fitness. Los Gimnasios eran muy caros, la zumba estaba llena de señoras y en las plazas preferían comprarse completos en el carrito de la tía que hacer ejercicios. En la búsqueda implacable del mundo fitness, cacharon que existía el Pole Dance y se volvieron locas. Ahora ostentan calugas y atuendos sensualones. Cuidado ahí, mundo.

Como nos pateaba un poco la idea de ir al gimasio pa sacarnos selfies y salir sin gota de sudor, empezamos a buscar cuestiones varias pa poder ser bacanes y tener un verano, por lo menos, sin polerón. Encontramos en el camino a la María José Zúñiga, una cabra a todo cacheters que se dedica nada más y nada menos que al Baile del Caño (o Pole Dance pa los siúticors como yo). Nos aclaró la mente y el espíritu y claramente nos dejó con ganas de dejar de ser señoras y transformarnos en máquinas del Pole.

 

Ojo, si usté es de esos que piensan en el Pole Dance (ódienme por los anglicismos) como una cuestión de las vedettes, mejor se va yendo porque no es el camino del bien, señores, no! El Dios de Poledance los juzgará en todos los círculos del infierno.

 

Esta cabra nos iluminó en las artes benéficas del Pole Dance y todo lo bien que le hace a la cuerpa de la una. Aparte de todo lo sensualón que puede ser en el momento de los quiubo (pero no use una escoba, señora, no es ná la misma cuestión). Claramente quedamos con puras ganas de dar vueltas en el palito del metro de vuelta a la casa. He aquí la entrevista que nos dio, pa que se saquen de sus mentes canutomormonocatólicas que el baile del caño es de satán.

Cuéntanos María José, ¿Por qué elegiste el Pole Dance?

 

MJ: Bueno, yo creo que tiene que ver con una cosa de sentimiento, de que en realidad me enamoré de esto una vez que lo descubrí, porque cada entrenamiento es un nuevo desafío y cuando alcanzas esas pequeñas metas que te vai poniendo,  te sentí demasiado feliz y te das cuenta que eres capaz de hacer muchas cosas que pensabai que no podiai hacer. Yo siempre he bailado en realidad, pero no sabía que podía hacer acrobacias, que podía ser más elástica y la fuerza que he ido desarrollando tampoco pensé nunca que la iba tener. Me demostré a mí misma que podía hacer mejores cosas y cada día estoy más motivada a seguir. Porque el Pole Dance es infinito en el sentido de la cantidad de acrobacias y piruetas que podi hacer, cada una es súper linda, te motivas a querer sacarla, vei a gente que es súper seca y querí llegar ahí. Y me enamore por el hecho que es tu trabajo, porque generalmente había estado en grupos de baile y pasa eso  donde uno es más motivado que otro o había diferencias y por más que uno ame la danza se pierde la esencia. Pero esto no, es un trabajo propio, eres solo tú, que tienes que ganarle a tus miedos, ser constante, pararte y querer hacer las cosas. Cada avance que logras, te hace sentir orgulloso de ti mismo también, porque es tú trabajo el que está ahí.

Hay que tener paciencia, superar las frustraciones, ser constante y saber que las cosas quizás se demoran un poco, pero se pueden lograr.

 

¿Cuánto tiempo llevas practicando esto?

 

MJ: Partí en octubre del 2013. A mí en general siempre me ha gustado la danza, no puedo vivir sin hacer eso, es lo que más me gusta en la vida, pero como no me funcionó lo de los grupos, empecé a buscar otros caminos y llegue a Pole Dance. Comencé en una academia y me gustó mucho, me motivé y no falte nunca más. Llegó un momento donde me tuve que separar del asunto por que llego mi examen de grado, pero luego de eso volví. Fueron dos meses que me demoré en retomar los entrenamientos, me cambie de profe y empecé con clases particulares, porque quería aprender más, y ahí le he dado full hasta esta hora, todo fue increscendo porque en un comienzo dije: “no me la puedo, soy súper gualala de brazos, no voy a hacer nada”. Pero se pudo! Es re lindo y sorpresivo el camino que se ha formado.

 

¿Cómo llegaste a ser profe?

 

MJ: Fue sin querer. Yo adquirí un caño para ponerlo en mi casa y empecé a practicar, claramente mi enfoque era solo entrenar, porque me iba a ir a certificar a una academia que hay en Argentina, que es una de las mejores que hay a nivel de Latinoamérica, y no quería llegar tan charcha y dije: “voy a ir full”. Y en el camino una amiga me dijo: “oye me gustaría  aprender”. Y típico que uno siempre cree que las cosas no las va a hacer bien o que se mira a huevo, pero dije: “ya intentemos” y le empecé a hacer clases.

De ahí se produjo el boca a boca, llegaron más niñas,  publiqué las clases en las redes sociales, en un grupo de la comuna en la que trabajo, Conchalí, y ahí comencé a llenar los horarios. Todo muy rápido. Y bueno, si algo saque de ingeniera fue lo cuadrada, así que organicé la estructura de las clases, los calentamientos y ejercicios que haría en cada entrenamiento, más una ficha de cada alumno para tener detallados sus avances y mejoras. Ya después me certifiqué como profesora de Pole Dance y con eso adquirí una mejor metodología para poder entregarles una enseñanza más completa.

 

Oye, ¿y tenis muchos alumnos?

 

MJ: Mantengo los mismo alumnos del comienzo, la verdad es que ahora me estoy ordenando porque todo esto partió mientras yo estaba trabajando como ingeniera. Me levantaba muy temprano, cumplía con mi trabajo de oficina de 8 horas diarias, llegaba acá a las 7:30, a las 8 partía con las clases y a las 11 terminaba. Y así era de lunes a jueves, porque los viernes partía a las 4 y terminaba a las 10 de la noche. Ahora estoy reorganizando los horarios, porque dejé la pega de Ingeniera. Ya hace dos semanas que a empecé full y bien, súper bien. Y como tengo más horarios disponibles, en agosto ingresa un nuevo grupo de personas y ya en septiembre se debería disparar más, ya que se viene el verano y todos quieren comenzar a prepararse.

 

¿Cuáles son los beneficios que tiene el pole dance para el cuerpo?

 

MJ: los beneficios son varios, tanto a nivel físico, mental y emocional. El Pole Dance en sí, es un ejercicio es súper completo, ya que se trabaja absolutamente todo el cuerpo. La clase que yo hago incluye muchos ejercicios cardiovasculares, enfocados en brazos, abdomen y  piernas, porque se necesita tener fortalecidas esas partes principalmente para ir logrando mayores avances sobre la barra.

Lo bueno es que tonifica de una forma muy delicada, no se ensancha el cuerpo ya que todo el tiempo vas trabajando con tu propio peso. Siendo esto último el principal desafío. A mí en general me ha ayudado en todo sentido: he bajado de peso, apreté el cuerpo, me ha salido musculo, hasta yo me sorprendo de los cambios, a veces me miro  digo: “Oh! OH DIOS! ¿¡De dónde salió esto!?”.

Además mejora la autoestima, la confianza en uno mismo, cada logro en la barra y las mejoras en tu aspecto físico, permiten que la percepción de tu persona sea más positiva.

 

¿Cualquier persona puede practicar pole dance o es necesario tener alguna  preparación previa?

 

MJ: No, según yo cualquier persona puede practicarlo y a cualquier edad. En el fondo esto es un proceso, parte de cierto nivel y a medida que la misma persona se va superando le vas poniendo más dificultad al asunto. De hecho la primera etapa, que es el Pole Dance básico, te comienzas a familiarizar e interactuar con la barra, te prepara el cuerpo, músculos, abdomen, todo. Entonces, a medida que veo que ya se están superando, voy aumentando la dificultad. También depende de la persona, por eso son clases particulares. No voy a sobre exigirle, voy a su ritmo, full enfocada en ella.

Como en todo orden de cosas, claramente todos los avances dependen del esfuerzo y la constancia que le ponga cada persona, no sirven los peros y las excusas, depende de uno mismo.

Para los que deseen agendar clases con María José, visiten su facebook: www.facebook.com/PoleDanceFitness

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