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Serieadictos

 

OJO: Este #JuevesOdiar puede contener spoilers.

 

 

     Yo no puedo enamorarme fácilmente. Primero lo estudio, hago algunas pruebas

para saber qué tan bueno es el sujeto, me informo sobre sus características, hago

más pruebas, pregunto por referencias a quienes lo conocen, entramos en

diálogo. Lo observo detenidamente, cada detalle es importante porque mis

estándares de excelencia son brutales. En general; me inclino por mezclas

armónicas entre humor y seriedad, inteligencia y buena ejecución (If you know

what I mean). Cuando lo encuentro, soy capaz de engancharme hasta el final de los

tiempos.

 

 

Exactamente lo mismo me pasa con las series. Por eso, #ODIO engancharme de una serie (y que termine… y que el final sea como las hueas)

 

De hecho, creo que me he enamorado de más series que de hueones (al parecer en el ADN humano no es fácil compatibilizar el cuarteto de características anteriormente mencionadas) y he sufrido más por finales de temporada que por términos de relaciones, como con el episodio de la Boda Roja de Game of Thrones o la muerte de Walter White en Breaking Bad. Cuando tu pareja te patea, se te puede pasar con un par de curaderas, pero con las series no, podis recordarlas una y otra vez y ahora gracias a la maravilla del internet, tenís todos los capítulos online. La hueá se convierten vicio cuando empezai a cachar que te veis más de cinco capítulos diarios y les hablai a todos tus amigos de la serie X que estai viendo, aunque ya lo hayas hecho mil veces antes y ellos te miren con la cabeza apoyada sobre el dorso de la mano, asintiendo a cada rato y cara de paja infinita.

     Porque no todos compartimos el gusto por las mismas series. Por ejemplo, tengo un amigo que se aburrió de ver Game of Thrones; cuando me lo dijo, pensé seriamente en acabar con la vida de aquél pobre ser humano echando bencina en su casa. Están los que se debaten entre Friends y How I met your Mother, entre Dragon Ball Z y Naruto (por qué no hablar de animé o de los pendejos hueones que creen que Naruto es más bacán que Gokú), Hannibal y Dexter… podría seguir por siempre; y por otro lado están los receptores pasivos que simplemente lo ven todo. Tragan y tragan temporadas como volao con bajón y se convierten –sin quererlo, quizás- en una enciclopedia ambulante de basura. ¿The Big Bang Theory comparte  el mismo universo con Two and a Half Men? ¿Uno de los guionistas de Bones actuó antes de integrarse como tal, de una de las víctimas? ¿AMC sólo permitía que los guionistas de Breaking Bad utilizaran un "fuck" por temporada? ¿El guionista de Futurama, Ken Keeler, creó un teorema matemático real llamado "teorema Futurama" sólo para usarlo en un episodio? Ese es el tipo de hueás inútiles que sabe un tragaseries que se precia de serlo (Esto me convierte en uno de ellos?) porque usualmente son ñoños acaparadores de información inútil (rayos, estoy jodida).

Aunque lejos, lejos, lejos; lo más conflictivo de enamorarse de una serie es llegar al final. Hay hueás que TENÍAN que pasar y uno las acepta con un gesto de resignación y una sorbeteá de mocos… pero eso no pasa casi nunca, creo que solo con Breaking Bad. Pero por ejemplo, el final de Dexter… puta la hueá mala conchetumadre Tania.

 

     La hueá es que me atrevería a decir que desde los 2000 en adelante, la industria está produciendo mucha serie polenta y cine culiao malo, quizás porque con los pedazos de teles que la gente tiene en su casa, ya no es demasiado llamativo ir al cine. O porque la gente prefiere encariñarse con personajes por más de 120 minutos o qué se yo. Sé que está hueá la leen varios audiovisuales y galos que le pegan al tema, asi que en volá pueden responderme esta duda. Y para el resto de los mortales: ¿Qué series te han volado la cabeza? ¿Qué finales no has perdonado? ¿Qué series estás viendo ahora? Yo estoy viendo House of Cards y es tan buena, que si guatea yo le voy a escribir un #JuevesOdiar dedicadito. 

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