top of page

Oda a la pistola de silicona

Siempre me he considerado un rial maestro chasquilla, de hecho con mi mamá hemos arreglado varias cosas solas en la casa y han funcionado de perilla (jerga de nosotros los chasca). Pero algo cambió desde que entró la silicona líquida a mi vida (de esas que se usan con la pistola caliente que vende la tía del bazar de la esquina). TODO TIENE SOLUCION CON LA MALDITA PISTOLA. Sé que es terrible, es un hábito muy de señora, pero no lo puedo evitar. La otra vez de se rompió la tapa de mi wáter (pobreza) y yo claramente la arreglé con mi súper pistola zorrona de silicona. Depués había una weá suelta de mi cortina… silicona. Hay algo roto? Silicona. Lentes rotos? Silicona. Libros que van dejando sus páginas atrás? SI-LI-CO-NA!

Lo peor es la que weá funciona, porque si las cosas se rompieran claramente no la usaría más, pero la weá funciona… en serio. Loco, es la panacea. La patá. De rial. De lolo. Y todas las manos.
Desde ahora y para siempre, he decidido declarar mi amor furibundo a la pistola de silicona.

bottom of page