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Del Virgin Fest y otros cuentos

 

     Los enviados especiales de LaMedia Magazine estuvieron el fin de semana en el primer Virgin Fest ever created. En Chilito, clarín. Y como nuestros corresponsales son los más brígidos de la vida, puro carretearon con los cabros de Niño Cohete, Astro y Alex Anwandter (hasta bien abajo me contaron).

 

     A continuación, nuestra impresión de lo que fue el primer virgin fest. Démosle, cabritos:

 

     Si bien la cosa empezó un poquitín tarde, a la hora de la llegada de nuestros corresponsales (puntualmente a las 21:00) había una fila tremenda de lolos y lolitas que estaban que cortaban las huinchas por entrar a ver el manso chou que se estaba urdiendo en Matucana 100. Al entrar, lo primero que hicimos –después de fumarnos un puchito pa los nervios- fue encontrarnos con los cabros de Niño Cohete, quienes nos regalaron unas fotitos y Pablo Álvarez, el vocalista, nos dio unos minutitos pa contarnos de qué se trata su trabajo como banda, el cual puedes leer en el apartado “Niño Cohete: Pop silvestre ayayay sí”. A las 22:00 horas, se abrieron las puertas para el público y todos comenzaron a correr para asegurarse un buen puesto abajito del escenario, cosa de estar lo más cerca de sus artistas.

 

     Los primeros de la noche fueron Niño Cohete, quienes motivaron al público con su pop tan particular, que suena a vacaciones y a espacios cálidos cuando hace frío afuera (muy metafórico? Ya, ya se trata de un pop muy acústico y suave, con letras que evocan la calma, la naturaleza y la nostalgia). Después de hacer su magia, esta banda dio paso a Astro, quienes se ganaron instantáneamente a los presentes con su usual mezcla de indie y synth pop. Alex Anwandter hizo lo suyo con una amplia gama de ritmos desde lo romántico hasta lo bailable.

En general, las apreciaciones del público eran positivas, la mayoría se mostró bastante satisfecho con los asuntos que tienen que ver con la distribución del escenario y los stands, con la amplificación –la cual, debo decir, jamás ha sido penca en todas las veces que he ido a eventos en Matucana 100 y por eso mismo, creo que Fauna eligió bien el espacio: ni muy grande ni muy pequeño- y particularmente con un punto selfie donde podíai tomarte una foto dando juice con tus amigos. Las Djs de cierre también se llevaron sus aplausos, prendiendo el after con música para todos los gustos.

 

     Pa mi gusto, una de las cosas que deberían mejorar es, en primer lugar, la puntualidad. Oí mucha gente quejarse por el atraso de dos horas que presentó el evento, el cual, según datos iniciales, comenzaría a las 20:00. No faltó el que dio jugo con unas chelas o piscolas de más y tuvo que ser sacado de un ala por los guardias pero –dicen que- eso pasa aquí y en la quebrá del ají y en verdad la organización fue bien estricta de forma tal que no resultara ningún tipo de accidente derivado de conductas irresponsables. 

 

     En resumen, solo me queda esperar con ansias la siguiente edición de este festival, proyectado para realizarse de forma trimestral, así que tengo hartas ganas de saber cómo se las van a arreglar para hacer un festival en pleno invierno, llueva o truene; litteraly. 

En este evento contamos con el apoyo de Javiera Cristi en fotografía 

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